Con el aspecto clínico característico que muestra, se diagnostica de eccema asteatósico, o craquelé (palabra francesa que significa agrietado), que también se denomina eccema xerótico o dermatitis de invierno. Este tipo de eccema afecta a ambos sexos por igual y es más común en personas de edad avanzada. Esencialmente, es una complicación de la xerosis, la cual siempre lo precede. Más frecuente en los meses de invierno, en relación con la humedad medioambiental baja. El escaso uso de emolientes, junto con el lavado excesivo, que retira la hidratación natural de la piel, pueden actuar como factores precipitantes. Puede afectar a cualquier zona de la piel, pero se localiza con preferencia en territorio extensor de miembros (más frecuente en región pretibial) y espalda. Se manifiesta por fisuras epidérmicas que dejan en su interior escamas, proporcionando el aspecto característico que se compara con el de la tierra seca, agrietada, con lecho de un río seco, o con la forma de diamante de la porcelana rota.
Se recomienda evitar el frío mediante el uso de ropa apropiada, y mantener la piel bien hidratada con el uso regular de cremas de elevado contenido graso, que se aplican 3 o 4 veces al día.
Si el eczema es extenso o sintomático y el paciente no mejora en unos días, indicaremos la aplicación de una pomada de corticoides de potencia media como el valerato de betametasona al 0.05% cada 12 horas, sustituyéndolo por una crema hidratante a medida que el eczema mejore.
A pesar del tratamiento el eczema suele recidivar cada invierno, al llegar el frío, si no se toman las medidas necesarias anteriormente expuestas.
by Carlos Mondéjar Ros, R2 MFyC C.S. San Agustín. Enero 2019
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